viernes, 01 de diciembre de 2023

La problemática de la seguridad hídrica y los recursos hídricos

Los desafíos de la gestión, relaciones entre usuarios y escenarios cambiantes

El impacto del cambio climático en los sistemas socioecológicos puede ocurrir en las dos dimensiones principales que posee el agua: el agua como recurso, y el agua como una amenaza. Como recurso, la disponibilidad de agua de buena cantidad y calidad es la base del bienestar y modo de vida de los habitantes de los centros urbanos así como de numerosas actividades económicas que se desarrollan en y alrededor de ciudades, entre ellas la agricultura, las industrias de alimentos y bebidas. Asimismo esta disponibilidad es fundamental para otras actividades como la generación de energía, la extracción de recursos, y el turismo así como para el desarrollo y bienestar de los ecosistemas naturales. Mientras tanto, el exceso o escasez de agua puede dar lugar a amenazas tales como la concentración de contaminantes (con consecuencias negativas para la salud), la falta de flujo de agua adecuado para los sistemas de suministro de agua potable y alcantarillado, daños a activos físicos relacionadas con inundaciones y la degradación de los sistemas naturales.

Los recursos hídricos son utilizados por distintos actores presentes en una cuenca, quienes tienen diversas necesidades, prioridades y percepciones. La convivencia de esta diversidad de usuarios sobre un mismo territorio usualmente genera competencia por el uso de agua, lo que puede provocar conflictos por la distribución y acceso al recurso, especialmente en zonas que sufren condiciones periódicas de escasez. En este contexto, surge la necesidad de implementar sistemas que permitan un manejo y distribución de los recursos hídricos. Adicionalmente, el crecimiento industrial y demográfico, así como los impactos esperados del cambio climático sobre los recursos hídricos son factores relevantes a la hora de planificar y gestionar su uso. Esta planificación se ha basado por años en el supuesto de un ciclo hidrológico estacionario. Hoy existe consenso en que este supuesto es discutible, lo que supone una necesidad de nuevas herramientas para la evaluación y planificación de los recursos hídricos, que permitan a los usuarios adaptarse a estas nuevas condiciones (Milly et al, 2008). Las empresas sanitarias han sido proactivas en esta materia tomado acciones en este nuevo escenario producto de la responsabilidad que tienen en abastecer con seguridad las necesidades de agua de la población. La incorporación de escenarios de cambio climático en los planes de desarrollo de compañías sanitarias es, desde hace varios años, un requerimiento regular en lugares como Inglaterra y Gales (Arnell, 2011). La situación es similar en Estados Unidos, donde muchas compañías han establecido o se encuentran en la búsqueda de incorporar técnicas de planificación que les permita una mejor preparación para enfrentar los cambios futuros en las condiciones hidrológicas. Diversos métodos se encuentran en fase de prueba para mejorar la planificación (Waage and Kaatz, 2011). Esto demuestra que el cambio climático y sus potenciales impactos han dejado de ser el centro del debate. Hoy el enfoque de las discusiones se centra en el desarrollo de procesos que permitan estar mejor preparados. Sin embargo, en el contexto de las demandas de agua del sector urbano, los procesos de planificación requieren evaluaciones acotadas a cada empresa sanitaria, considerando sus propias necesidades y capacidades (Waage and Kaatz, 2011).

Bajo este concepción, la visión de cuenca que se propone implica la consideración y participación de múltiples actores. Es necesario contar con las distintas organizaciones que desarrollan su actividad en el sector urbano como sanitarias, proveedoras de servicios, organismos estatales de regulación y planificación, así como también aquellas que tienen como centro de su accionar el entorno rural y agrícola, tal como comités de agua potable rural, pequeños agricultores y grandes asociaciones de usuarios. Adicionalmente  la relevancia que poseen los ecosistemas naturales como sustento de todo el sistema implica una correcta y acuciosa representación y consideración en esta visión integrada.

Así, el salvaguardar la seguridad hídrica en la cuenca dando sustentabilidad futura a sistemas antrópicos como naturales, depende de nuestro mejor entendimiento y valorización de este territorio.

«El supuesto de «no estacionaridad» del ciclo hidrológico exige nuevas herramientas para su evaluación y planificación»

Referencias

Arnell, N.W. 2011. Incorporating climate change into waterresources planning in england and wales. Journal of the american water resources association, 47(3): 541-549

Milly, P.C.D., J. Betancourt, M. Falkenmark, R.M.Hirsch, Z.W. Kundzewicz, Lettenmaier D.P., and R.J. Stouffer. 2008. Stationarity Is Dead: Whither Water Management? Science, 319: 573-574

Waage, M.D., and L. Kaatz. 2011. Nonstationary water planning: an overview of several promising planning methods 1. Journal of the American Water Resources Association 47(3): 535-540